Las marcas de canteros no empezaron a recibir atención hasta finales
del siglo XIX en los estudios de Franz Rzihz (Bohemia 1831-1897). Es
del todo imposible en este pequeño artículo abarcar la complejidad de
esta simbología, de la que aún no se ha sacado todo el entramado.
Parece que la hipótesis más aceptada es la de Viollet le Duc, donde
explica que la mayoría de estos signos son marcas de pertenencia a las
diversas cofradías que intervenían en la obra, así como las propias del
cantero para señalizar el trabajo hecho y poder determinar el salario
correspondiente, otras como las de asentamiento que consistían en
pequeñas señales para determinar los puntos de colocación o principios
de hileras. Cada cofradía tenía un maestro de obra, y cada maestro su
propia marca, que normalmente era colocada en lugares visibles de la
construcción, como la clave de bóveda del portal, el crucero de la ojiva,
en los capiteles etc. .; también la podemos encontrar en los escudos, o
inscrita a los objetos arquitectónicamente remarcables.
Para el hombre de la Edad Media todo el universo era un sistema de
símbolos geométricos, el símbolo para él no era ninguna manifestación
estética, más bien era una realidad vital.
Los procedimientos de diseño de las diferentes marcas, como los de una
catedral, eran los mismos, la geometría descriptiva llamada geometría
sagrada, basada en el compás que designa el círculo, el arco del círculo
que delimita y divide proporcionalmente, la escuadra que representa la
necesidad del ángulo recto, el nivel y la plomada que representan la
horizontalidad y la verticalidad respectivamente de la obra. Las formas
de base eran el círculo, el triángulo, el cuadrado, el pentágono, el
hexágono, el heptágono, del octágono y el dodecágono, y es a partir de
las tres bases fundamentales, el círculo, el triángulo y el cuadrado , que
nacen los edificios góticos más elaborados.
Cada maestro de obras tenía su sello, hecho a partir de estas tres bases
fundamentales que formaban un trilobulado o un cuadrilobulado. Sobre
esta figura madre, el maestro trazaba su marca, generalmente muy
elaborada, y el resto de marcas de los componentes de la cofradía no
eran más que pequeñas partes escogidas de la figura madre.
Se pueden encontrar otros signos o figuras, que bien podrían ser signos
de peregrinos, puntos de reunión o de otros sin ningún sentido aparente.
LOS MAESTROS CONSTRUCTORES
RVM