De
los
objetos
dotados
de
un
valor
simbólico
el
espejo
es
uno
de
los
más
destacados,
lo
encontramos
en
cuentos
y
leyendas,
y
como
alegorías
en
muchas
pinturas.
Es
importante,
como
en
la
mayoría
de
símbolos,
captar
la
esencia
del
significado
según
el
período
y
la
cultura
que lo utiliza.
Derivado
del
latín
Speculum,
los
antiguos
utilizaban
el
espejo
para
observar
el
movimiento
de
los
astros,
como
todavía
se
hace
hoy
en
día
con
los
telescopios,
de
ahí
que
ya
se
le
consideraba
símbolo
de
sabiduría,
y
cuando
en
una
pintura
se
representa
oxidado
o
cubierto
de
polvo,
simboliza
ignorancia,
se
le
asocia
a
la
luna
pues
al
igual
que
ella
es
capaz
de
reflejar
la
luz
del
sol,
y
por
analogía
se
considera
que
el
solo
refleja
la
luz
de
la
divinidad.
Debido
a
esta
interpretación
divina
del
espejo
se
da
por
supuesto
que
el
diablo
y
todos
los
seres
malignos
del
submundo, no se pueden reflejar.
También
se
utiliza
como
símbolo
del
conocimiento
de
uno
mismo,
dice
Jakob
Bohemia
1575-1624,
haciendo
referencia
a
que
los
ojos
son
el
espejo
del
alma,
que
las
personas
que
se
miran
un
largo
rato
a
los
ojos
directamente
en
un
espejo
experimentan
una
atracción
paralizante,
pues
no
todo
el
mundo
es
capaz
de
resistir
verse
a
sí
mismo
tal
como
es, en base a la novela de Oscar Wilde "El retrato de Dorian Gray".
Hay
una
antigua
creencia
de
que
la
imagen
reflejada
de
la
persona
y
el
modelo
real
quedan
unidos
por
una
extraña
correspondencia,
y
que
ésta
puede
llegar
a
retener
el
alma
o
la
fuerza
vital
de
la
persona.
Posiblemente
basado
en
esta
creencia
aún
hoy
en
día
en
algunos
lugares
tapan
los
espejos
o
los
giran
de
cara
a
la
pared
en
determinadas
ocasiones,
principalmente
cuando
alguien
de
la
familia
ha
muerto,
para
evitar
que
el
alma
quede
retenida
en
el
espejo.
Si
el
espejo se rompe, lleva la mala suerte en la última imagen reflejada.
En
la
magia
se
le
atribuye
la
capacidad
de
ver
los
eventos
tanto
pasados
como
futuros
y
en
ocasiones
la
capacidad
de
penetrar
en
ellos,
también
en
base
a
la
novela
de
Lewis
Carroll
"Alicia".
En
la
Edad
Media
se
la
asociaba
a
la
Virgen
María,
como
símbolo
de
virginidad
y
pureza,
Dios se reflejó en ella y tomó forma sin alterar el espejo.
Los
renacentistas
utilizaron
el
espejo
como
símbolo
de
la
vanidad
y
de
la
brevedad
de
la
belleza,
tal
como
pinta
Hans
Baldung
Grien
una
joven
recreándose
con
su
propia
imagen
y
que
no
se
da
cuenta
del
acoso del ancianidad y la muerte.
EL ESPEJO
RVM