En
los
Templos
Cristianos,
y
especialmente
en
los
más
antiguos,
pero
también
en
alguno
más
moderno
son
un
claro
exponente
de
la
Simbología
y
la
Iconografía
del
llamado
"Arte
Sagrado".
Actualmente
y
no
sin
cierta
preocupación
vemos
como
la
mayoría
de
los
templos
cristianos
de
nueva
construcción,
se
hacen
de
manera
que
la
personalidad
que
el
arquitecto
quiere
dar
a
su
obra,
deja
en
segundo
lugar
o
a
veces
completamente
inexistente
este
"Arte
Sagrado",
que
debería
estar
siempre por encima de creaciones arquitectónicas.
Una
iglesia
no
debe
ser
un
lugar
más
o
menos
funcional
para
acoger
una
cantidad
determinada
de
personas.
Su
finalidad
es
ser
un
Templo,
con
una
atmósfera
que
permita
a
los
fieles
una
elevación
de
conciencia
y
una
comunión
más
profunda
con
Dios.
No
desestimamos
las
imágenes,
demasiado
frecuentes,
con
más
o
menos
actitudes
de
sufrimiento
o
de
introspección
mística,
pero
también
es
necesaria
una
simbología
que
junto
con
la
liturgia
propicie
una
combinación
armoniosa,
que
lleve
a
los
fieles hacia el recogimiento y la reflexión.
Este
es
el
caso
de
las
Glorias
y
Presencias,
una
iconografía
que
aún
hoy
en
día
se
puede
observar
en
algunas
iglesias.
Se
llaman
Glorias
a
un
triángulo
o
delta
radiante
que
en
su
interior
lleva
escrito
el
nombre
de
Yahvé,
con
letras
hebreas.
Uno
de
los
casos
más
representativos
lo
encontramos
en
Cataluña
(España),
en
la
población
de
Sant
Llorens
de
Morunys,
en
su
antiguo
monasterio
que
data
del
siglo
X,
donde
está
el
altar
barroco
dedicado
a
la
Virgen
dels
Colls
del
siglo
XVIII,
obra
de
Josep Pujol, y es una de las joyas del Barroco catalán.
Las
Presencias,
son
también
representadas
por
un
delta,
a
veces
un
triángulo
radiante,
donde
en
su
interior
hay
un
ojo,
que
representa
la
visión
Omnisciente
de
Dios.
Recordemos
el
Salmo
33:18,
"He
aquí
el
ojo
de
Yahvé
encima
de
los
que
le
temen,
encima
de
los
que
esperan
su
misericordia”.
GLORIAS Y PRESÉNCIAS